Derechos básicos de competencias:
Eje temático 1: La Edad de la Razón y el sujeto de
la Modernidad
Guía formativa # 1 Del oscurantismo de la fe a la
diosa razón
PENSAMIENTO SOCIAL /REFLEXIÓN
LA PREMODERNIDAD EN COLOMBIA
AUTOR: Julio Armando Morales
Popularmente, el concepto de Modernidad se ha visto asociado al proceso
de sometimiento de ciertos pueblos por otros que, convencidos de su
superioridad, obran en nombre del «progreso», empujando a los sometidos a la
civilización o “modernización”. En realidad, en
ese supuesto camino hacia lo moderno o civilizado se cometen un sinnúmero de
atrocidades e injusticias que tienen su más conocido antecedente en la
conquista europea a los pueblos indígenas en América hace 500 años, o en las
recientes guerras de ocupación estadounidense a algunos gobiernos árabes como
Irak o Siria.
Estas ocupaciones conllevan a la destrucción total o parcial de las
tradiciones culturales de los pueblos sometidos e incluso a procesos de
servidumbre y esclavismo. Tales episodios de la historia contribuyen a hacer
confuso y paradójico el concepto de Modernidad, puesto que, al igual que
ocurría en el medioevo, cuando la iglesia católica torturaba y quemaba a los
señalados de ser «herejes», hoy en día se sigue aplastando a pueblos enteros en
nombre del progreso, de la libertad y de la democracia. Es decir, en nombre de
la malentendida Modernidad. Este término se emplea para expresar un período
de la historia de Occidente, y debe distinguirse del término «moderno», que es
traducción de la palabra en latín modernus, resultante de la contracción y
elisión de las palabras modus y hodiernus, que significan: el modo de hoy.
De conformidad con el análisis de Rubén Jaramillo Vélez en su
conferencia titulada Moralidad y Modernidad en Colombia, el colombiano se ha
conformado como un individuo con ideas y fundamentos de varios momentos de la
historia, a saber: La época medieval, el Renacimiento, la Contrarreforma y la
Modernidad, así como el último momento llamado Posmodernidad. En el país
podemos ver varios ejemplos de estos momentos históricos evidenciados en la
idiosincrasia, educación y sistema de valores que tenemos los colombianos.
En mayor medida, los colombianos se han visto influenciados por las
doctrinas e ideas propias de la Contrarreforma, movimiento ideológico impulsado
por la Iglesia católica como respuesta a la Reforma protestante de Martín
Lutero. Este movimiento creado durante el siglo XVI,
buscaba continuar con la tradición medieval de mantener el poder de la iglesia
católica sobre toda Europa, reconociendo al papa y a la iglesia como las
grandes autoridades políticas, económicas e ideológicas del mundo, poder que
fue lo que justamente había logrado arrebatar Martín Lutero y su reforma
protestante, otorgando la idea de que se podía mantener una relación directa
con Dios y sus doctrinas sin tener a la iglesia, al papa o a los sacerdotes
como intercesores entre el devoto y Dios. El movimiento de la Ilustración,
considerado adalid de la Modernidad, era considerado pagano y debía ser
enfrentado con ideas esencialmente propias de la contrarreforma. El movimiento
de la Contrarreforma se dio en mayor medida en la España del siglo XVI, razón
por la cual se trasladó a sus colonias en América, inculcando aquella tradición
«premoderna» en los recientes pueblos conquistados.
Esto nos da una base para entender el porqué del alto sentimiento de
religiosidad que se ha implantado en la conciencia de los colombianos, llevando
incluso a que desconozcan o no vean en la razón y la ciencia el adalid para
llevar a cabo una buena y productiva vida. En general, la gente en Colombia se apega más a la religión, la
religión católica, para darle sentido a la existencia, para explicarse los
fenómenos geográficos, sociales, económicos, etc., e incluso confían más en
lograr alcanzar sus metas o deseos mediante la fe que mediante su propio
esfuerzo laboral o intelectual.
Ejemplos de esto se ven en frases comunes del día a día como: «Todo
bien, gracias a Dios», «Dios mediante» o «si Dios quiere», en las que se afirma
que las cosas marchan bien o mal no gracias a nuestras acciones, correctas o
incorrectas, sino debido a que Dios no ha querido inferir de forma negativa en
nuestra existencia o aun no lo ha hecho de forma positiva. Esto,
independientemente de nuestras creencias religiosas, no debería ser tomado como
factor de incidencia en la vida, porque conlleva, naturalmente, a una
aleatoriedad en la vida diaria, es decir una vida prácticamente «al azar»,
donde las cosas se hacen sin pensarlas o reflexionarlas mucho, por lo que la
gente actúa más con la pasión que con la razón, cosa que resulta peligrosa para
todos. Esto hace parte fundamental de la tesis del profesor Rubén Jaramillo en
su texto Moralidad y modernidad en Colombia.
Esta actitud se da, en parte, debido al corrompimiento de las ideas
modernas e ilustradas en cuanto no se desea el bien común sino el individual,
así como el apropiamiento de las ideas de la Contrarreforma que mencioné
anteriormente. Las personas no tienen un pensamiento a futuro
como nación ni sociedad unificada, sino más bien una visión solitaria, pobre y
efímera de lo que es y significa la vida humana y en sociedad, cosa que los
lleva a creer que cualquier tipo de dificultad o incomodidad debe ser saldada
por el medio que sea necesario, ya sea dañando al otro o al Estado, procurando
un bienestar pasajero e inútil en muchos casos. Este proceso genera un
aplacamiento temporal y superficial de las necesidades de las personas y, a su
vez, impiden el desarrollo a futuro de la nación como tal. Es por esto que los
ciudadanos se convierten en adversarios entre ellos y terminan viendo al
compatriota como un obstáculo que se necesita eliminar del camino para ser solo
la persona individual la que disfrute de los placeres en la sociedad. Con esto,
y mediante la corrupción como uno de sus resultados más probables, entre otros,
entramos a vivir en un país en el cual no se recompensa el mérito propio
(meritocrático) sino uno en el cual la gente vive prácticamente sin ley ni
Estado, donde todos obran según su parecer y bajo la influencia de peligrosos
sentimientos egoístas y poco prácticos.
ESTRATEGIAS PARA APRENDER A PENSAR – DEBATE
ELABORE GRÁFICO MAPA MENTAL DE LA
PREMODERNIDAD